Tengo en el cuerpo
algo que a la mujer le encanta, una lengua que conquista y una boca que desea.
Pongo en mis labios palabras candentes para aquella que escucha, y en mis manos
las brasas de un amor puro.
Al mirar sus ojos descubro el cielo y al ver los míos
su propia desnudez mira, con mis caricias su pies se estremece y con el
respirar en su oído la piel se eriza.
Con cada beso un susurro, y en su susurro
un te quiero; colma de besos mi espalda, mas en su seno descubro el amor.
Y en
la calidez de su pubis revolotean mis labios y en sus muslos mis manos se
pierden, "es amor", "es amor" dicen sus ojos, y los míos un "Te Amo" hacen notar.
El
sol cae con la noche casi muerta y en nuestro lecho el cielo se puso a llorar,
las lágrimas de lluvia salada corren por su cuerpo y el mío, cuando un abrazo
fuerte nos hace volver a empezar.
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