Estoy sólo en mi estancia, arrinconado en una mesa cenando con ella. Mira mis ojos, se ruboriza; toca mis piernas, su piel se eriza, y la vida, se nos va en la estancia.
Y la noche que parece eterna tan fría, tan melancólica, y la luna juega con las estrella mientras ella se burla de mi existencia.
Y ya no sé si soy algo, mas ahora sólo quiero ser nada. Estoy sólo en mi estancia, arrinconado con mi vida, cenando con la muerte, brindando con mi alma.
Y en esta estancia me llega la muerte, mi alma se muere, mi vida se acaba, y ella se burla de mí.