domingo, 28 de noviembre de 2010

Mi Amorandes


Aquellos yanquis que dejé en el camino me recuerdan el amor que aguarda en el pueblo, tan suave y cálida como alpaca lanuda y tan ardiente como el sol de los andes. en noches frías cubría mi cuerpo de pieles y con la quena en manos entonaba armoniosos cánticos, la luna se mecía enamorada de su canto y las ovejas dormitaban al oírla tocar. No habían montes mas empinados en los suyos y ni curvas puras más peligrosa en el pueblo, cantaba como diosa ciada del cielo y el charango lloraba al oírla cantar. Aquellos yanquis que dejé en el pueblo no volvieron a mis pies ahora cubiertos con zapatos charolados y de brillante calzadura. Sonará mi zampoña al regresar por el camino, llorara otra vez mi charango y con mi quena en manos regresare al lugar del que provengo para cantarle a la cielo hermosas tonadas, para enamorar a la luna y dormitar a mis ovejas, para recuperar el amor que en mi pueblo aguarda.

19/11/2010/11:23